domingo, 5 de junio de 2011

Dos años después, Bagua sigue esperando

El 5 de junio del 2009 fue un día triste para el Perú. El país amaneció con la noticia de un enfrentamiento entre policías y civiles en la Curva del Diablo, en Bagua, en la región amazónica del país.

El enfrentamiento ponía un sangriento final a 55 días de protesta de las comunidades amazónicas awajún y wampis, quienes exigían la derogatoria de los decretos legislativos 1090 y el 1064 que ponían en riesgo su territorio, y que, además, eran incompatibles con el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), mediante el cual el gobierno está comprometido a promover y respetar la consulta previa a los pueblos indígenas sobre el uso de su territorio.

Las horas de angustia para quienes habíamos estado en Bagua y en las comunidades awajun y wampis fueron interminables, pues nadie sabía qué estaba pasando realmente allá. Los canales de televisión y las radios daban distintas cifras de muertos y heridos por el enfrentamiento mientras las redes sociales se llenaban de referencias a lo que estaba ocurriendo en la selva peruana.

Escribí mails a Amaya, cooperante de Unicef; y a Marino, de la etnia wampi quien también trabajaba para Unicef, con la esperanza de recibir noticias de lo que estaba sucediendo. No hubo respuesta en todo el día. Con el paso de las horas, la tristeza se hacía mayor ante la confirmación de que había ocurrido una matanza entre peruanos.

Recién cinco días después recibí la respuesta de Amaya, quien compartía sus temores por lo ocurrido en la Curva del Diablo y por las personas que habían salido de las comunidades hacia Bagua.

"Estamos en Nieva (Santa Marìa de Nieva) a la espera de las personas que están retornando. De estación 6 ya ha llegado gente y parece que han llegado algunas personas que han estado por Bagua y se espera que vayan llegando los que han salido en camiones desde Bagua, que por cuestiones de logística y temores por los militares parece que se han quedado por Imaza. Aquí, la iglesia y una comisión integrada por una autoridad de la municipalidad provincial han organizado la logística del retorno de la gente para brindar garantías a las personas que regresan, pues temían que en el puesto militar de Pinglo pudieran ser detenidos o algo por el estilo.

No sé cómo estará la situación en las comunidades, pero la gente está muy preocupada porque se desconoce el paradero de la mayoría de los que han estado en Bagua y, bueno, se tejen un montón de suposiciones y temores.

Muy preocupante la posición del APRA para que se empiecen a calmar los ánimos... veremos qué ocurre".

Han pasado dos años y ya sabemos lo que ha ocurrido. Los responsables políticos de la muerte de 34 personas no han sido incluidos en los procesos judiciales que se siguen por los sucesos de Bagua. Ni Mercedes Cabanillas, ministra del Interior de esa época; ni Yehude Simon, primer ministro en esa fecha y actual congresista electo, han asumido su responsabilidad.

Tampoco se ha aprobado la Ley de Consulta Previa a los Pueblos Indígenas , una ley que ha ido rebotando del Congreso al Ejecutivo desde mayo del 2010, ya que el presidente Alan García la ha observado, pues asegura que en ningún caso, la norma puede significar el derecho al veto por parte de las comunidades nativas.

“Es decir, cuando se quiera construir una carretera o un gasoducto, si es que los comuneros dicen que no pase, no hay gasoducto, y se quedó sin luz y sin gas Lima, cuando el país es de todos los peruanos”, ha dicho García en algún momento.

Dos años después, las comunidades amazónicas siguen esperando un trato justo y equitativo que respete sus derechos como peruanos. Siguen esperando tener una legislación que los proteja como ciudadanos de este país. Y siguen esperando que se cierren las heridas por tantas muertes.

lunes, 30 de mayo de 2011

Los días negros de la prensa


El miércoles 11 de mayo el periodista César Lévano, director del diario La Primera, recibió una corona funeraria con el mensaje QEPD (que en paz descanse) en la puerta del periódico. El mensaje era claro: querían intimidarlo.

El hecho me produjo pavor. Primero, porque se vino a mi mente el recuerdo del grupo Colina, el equipo paramilitar que operó durante el gobierno de Alberto Fujimori y que tuvo entre sus prácticas de amedrentamiento el envío de arreglos florales funerarios a los opositores del régimen. Y segundo, porque esta práctica confirmaba, una vez más, que el ejercicio del periodismo en Perú está empañado por censuras y amenazas.

Los días negros para la libertad de prensa empezaron el 11 de abril, un día después de la votación de la primera vuelta electoral en los comicios presidenciales peruanos, cuando los medios decidieron tomar partido por uno de los candidatos que este 5 de junio disputan la presidencia.

La mayoría de medios apostó para favorecer a Fujimori, hija del ex mandatario Alberto Fujimori, quien purga 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad. El otro candidato, Ollanta Humala, pasó a ser el blanco de una campaña mediática de destrucción.

Los días que siguieron han sido intensos en todo sentido. Dos periodistas de Canal N, Patricia Montero y José Jara fueron despedidos por negarse a apoyar la candidatura de Keiko Fujimori. En Trujillo el periodista Yuri Castro Sánchez, de radio Diplomat, también fue despedido tras cuestionar el plan de gobierno de Fuerza 2011, partido de la candidata Fujimori. La censura empezó a extenderse a muchas redacciones, programas de televisión y espacios radiales.

Las renuncias no se hicieron esperar. En Huancayo, José Soriano Marín dejó el programa dominical Parada 4, de América TV, luego de que la producción del programa censurara su reportaje sobre el documental La Cantuta, en la Boca del Diablo, porque afectaba la candidatura de Keiko Fujimori. Hace unos días, conversé con una reportera de la filial de América TV en Huancayo y me confirmó la censura del reportaje de Soriano. Es más, me explicó que la censura se debió a las declaraciones que hacía uno de los entrevistados en el reportaje.

En el diario Perú.21 ha habido por lo menos tres renuncias en la sección política. Oscar Miranda, Emilio Camacho y Daniel Yovera se fueron cuando el periódico tomó una línea completamente 'naranja', color que caracteriza al partido Fuerza 2011 de la candidata Fujimori. Lejos quedaron los días en que Perú.21 -diario en el que trabajé hasta hace dos años- se caracterizaba por ser un medio plural, abierto a todas las manifestaciones políticas y que se preocupaba por informar solo con la verdad.

Una ambiente sombrío se ha instalado en los medios. Solo unos pocos han salido librados de la ráfaga de censuras, parcialización y propaganda que ha significado esta segunda vuelta electoral en Perú. La carta de renuncia del escritor peruano Mario Vargas Llosa -el único Premio Nobel de Literatura que tiene el Perú- al diario El Comercio, donde publicaba una columna semanal, describe muy bien lo que está pasando en este grupo mediático, el más grande del país. Y si bien esta carta estuvo dirigida a El Comercio, sus palabras se pueden aplicar a muchos otros medios peruanos.

"Desde que un puñado de accionistas, encabezados por la señora Martha Meier Miró Quesada, tomó el control de ese diario (El Comercio) y del grupo de canales de televisión y periódicos de que es propietario, el periódico se ha convertido en una máquina propagandística de la candidatura de Keiko Fujimori que, en su afán de impedir por todos los medios la victoria de Ollanta Humala, viola a diario las más elementales nociones de la objetividad y de la ética periodísticas: silencia y manipula la información, deforma los hechos, abre sus páginas a las mentiras y calumnias que puedan dañar al adversario a la vez que en todo el grupo de medios se despide o intimida a los periodistas independientes, y se recurre a las insidias y golpes bajos de los peores pasquines que viven del amarillismo y del escándalo. No puedo permitir que mi columna Piedra de toque siga apareciendo en esa caricatura de lo que debe ser un órgano de expresión genuinamente libre, pluralista y democrático", escribió en su carta de renuncia enviada a Francisco Miró Quesada, del diario.

¿Qué está pasando en Perú? ¿Es esto un retorno a la década del 90, cuándo la prensa estaba literalmente comprada? ¿Porqué los periódicos, y los programas periodisticos de radio y de televisión hacen propaganda política en lugar de informar? ¿Porqué no hay reparos en publicar denuncias falsas en estos medios? El periodismo y los periodistas en Perú han perdido respeto por su profesión? ¿O se trata de una decisión netamente económica y, por tanto, prima la libertad de empresa sobre la libertad de prensa?

Me temo que los empresarios mediáticos están muy lejos de entender el significado de hacer buen periodismo. Quizá ninguno ha leído o escuchado a Javier Darío Restrepo -experto en ética periodística de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano- cuando dice que "si un medio de comunicación pone al servicio de una candidatura todas sus páginas se convierte en un boletín de propaganda".

La campaña electoral ya termina, pero el daño que se han hecho los medios a sí mismos quedará en la memoria, como todavía queda en la memoria de muchos peruanos, sobre todo periodistas, los cerros de billetes que entregaba Vladimiro Montesinos -el asesor principal de Alberto Fujimori durante su gobierno- a los dueños de medios para asegurar la línea editorial a favor del régimen. Difícilmente creeremos ahora que no hubo tratos bajo la mesa.

Peor aún, difícilmente volveremos a confiar en esos medios que se esforzaron por empañar la verdad periodística con desinformación, que publicaron denuncias falsas en sus primeras planas, que pusieron todo su empeño por inclinar la balanza hacia el candidato de su preferencia.

La amenaza a César Lévano me llevó a crear una página en Facebook para reclamar por la libertad de prensa. Porque, a diferencia de la década del 90, ahora podemos acudir al Internet, a la Web 2.0, y a las redes sociales para publicar aquello que no tiene espacio en los medios llamados tradicionales, para desmentir denuncias falsas, para enfrentar la parcialización mediática y para defender los principios del buen periodismo.






miércoles, 25 de mayo de 2011

Despidos en Frecuencia Latina

Cuatro periodistas fueron despedidos del programa Punto Final que se transmite los domingos por Frecuencia Latina (canal 2), en Perú. Se trata del productor periodístico Eduardo Posadas, y de los reporteros Renzo Madrid, José Carlos Tapia y Mabel Huertas.

El conductor Nicolás Lúcar sostiene que se trata de una reestructuración del programa que ahora buscará competir por el raiting con el espacio cómico El especial del Humor, que se transmite en el mismo horario por ATV (canal 9). "Cuando hacíamos Día D peleábamos el primer lugar y ahora que estamos haciendo Punto Final peleamos también el primer lugar, primero con Cuarto Poder (América Televisión) y ahora con el programa de Carlos Álvarez que es un buen programa. Volvemos al aire el 12 de junio después de las elecciones y lo haremos con un programa altamente competitivo para ganarle a Carlos que es un genio del humor”, dijo a elcomercio.pe

Lúcar asegura que no hay motivación política esta decisión y negó que tenga que ver con la coyuntura electoral. Mientras que su esposa Frances Crousillat, gerente de Tafi Producciones, (empresa que produce Punto Final) dijo a Terra.com.pe que "no es una cuestión de rating. El tema es que teníamos muchos reporteros y decidimos hacer los cambios necesarios".

Sin embargo, este hecho se ha producido en medio de una contienda electoral muy polarizada, con la mayoría de los medios abiertamente a favor de alguno de los dos candidatos -Keiko Fujimori y Ollanta Humala- a la presidencia de Perú. Postura mediática que en muchas ocasiones llega a la propaganda y a la desinformación.

Además, el sábado 21 y ayer martes 24, el diario La Primera publicó informes sobre el denominado Plan Sábana -una campaña mediatica para favorecer a Keiko Fujimori y destruir a Ollanta Humala- que involucra directamente a Frecuencia Latina. El artículo da cuenta de una reunión de los coordinadores del Plan Sábana a la que asistió el vidente Reinaldo Dos Santos, quien luego fue presentado en un programa de Frecuencia Latina donde vaticinó que la ganadora de las elecciones sería Keiko Fujimori.

Dentro de este panorama, el despido de los periodistas no está libre de dudas y suspicacias. Nicolás Lúcar ya ha sido cuestionado anteriormente por su falta de ética periodística y recientemente ha sido criticado por preparar una 'emboscada televisiva' a Ollanta Humala cuando lo entrevistó en su programa.

Aún no se han manifestado los afectados por esta decisión, pero las confrontaciones entre periodistas y sus medios por favorecer a determinado candidato -principalmente a Keiko Fujimori- son una constante en esta última etapa de la contienda electoral en Perú.

jueves, 3 de febrero de 2011

Egipto: lucha por la democracia

Van diez días de lucha en Egipto, diez días durante los cuales las calles de El Cairo y otras ciudades como Alejandría y Suez han sido el escenario de marchas contra el gobierno de Hosni Mubarak, quien lleva casi 30 años en el poder.

Mientras escribo este post voy siguiendo en Internet las noticias sobre lo que sucede allá, en el norte de África. La nota que abre El País.com titula: Los manifestantes y la presión de EEUU cercan a Mubarak mientras que Reuters ofrece en su website una cobertura permanente titulada Unrest in Egypt. Por su parte, Al Jazeera English anuncia en su cuenta de Twitter @AJEnglish que mantiene una cobertura sin censura de los eventos en Egipto.

Han sido días de tensión y de expectativa. Días de angustia por la represión y la violencia que ha tenido que soportar el pueblo egipcio. Días de incomunicación por que el gobierno de Mubarak bloqueó los servicios de Internet y de teléfono. Pero también han sido días de esperanza.

Y durante este tiempo, las noticias que más cerca me han mantenido de la lucha por la democracia del pueblo egipcio han sido los posts en Facebook de mi amigo Abdalla Hassan, periodista al que tuve la suerte de conocer en el Reuters Institute for the Study of Journalism en Oxford, UK.

Cada uno de sus post me daban la tranquilidad de saber que él estaba bien, y al mismo tiempo me traían su visión de reportero independiente y del egipcio luchando en contra de la censura y la dictadura de un gobierno que, como todas las dictaduras, no quiere dejar el poder.

La salida de Mubarak parece inminente, y posiblemente hoy viernes 4 de febrero, llamado el Día de la Despedida, caiga el régimen que se mantuvo en el poder casi 30 años, copando todos los espacios políticos, censurando todas las voces disidentes, callando a todos los medios.

El 25 de enero de 2011, el
pueblo egipcio se cansó de tanta censura y salió a las calles a luchar por su libertad y por la democracia. Tunez lo hizo unas semanas antes y quizá otras naciones que viven bajo dictaduras sigan el mismo camino.

En el Perú sabemos que cuando se sale a las calles para luchar contra los gobiernos de dictadores enquistados en el poder la caída de estos regímenes es inevitable. Esperemos que hoy sea realmente el Día de la Despedida de Mubarak.